El aumento de embarazos utilizando las últimas tecnologías se ha conseguido en gran parte gracias a la congelación de embriones técnica que ha avanzado en los últimos 25 años. Antiguamente se utilizaba una técnica de congelación lenta (Slow Freezing) actualmente se utiliza una técnica de congelación rápida. Los embriones se almacenan en una sustancia específica con crioprotectores a - 196 grados en nitrógeno líquido. En el momento de su utilización se realiza el proceso inverso y está preparado para transferir. A nuestro centro llegan a diario entre 3-4 embriones para congelar. Según las estadísticas cuanto mayor calidad tengan los embriones mayor porcentaje de embarazo habrá.
La congelación de embriones tiene la ventaja de ser más asequible a las parejas que deseen en un futuro tener hijos ya que podrán disponer de ellos cuando lo deseen, por otro lado es más económico que la inseminación artificial además de no necesitar la administración de ningún tipo de fármaco. Se trata de un método más cómodo y rápido igual que la calidad del embrión es mayor que en otras técnicas aumentando así la posibilidad de embarazo.
Esta técnica de congelación de embriones se utiliza cuando se tienen óvulos de calidad y cantidad adecuados. La primera ventaja es que no necesita realizarse en el momento de ovulación.
Así como se realiza la obtención del óvulo sin necesidad de administrar ningún fármaco. Hay que tener en cuenta que a más edad menor calidad en los óvulos. La mujer que haya congelado los óvulos puede obtenerlos unos años después.
La posibilidad de embarazo de embriones congelados se acerca a la de embriones frecos obtenidos de donantes. Para ello la congelación y descongelación de embriones debe hacerse con mucho cuidado y bajo control. El nitrógeno líquido debe estar adecuado para su uso.
Este líquido debe añadirse despacio al medio del embrión de forma que no dañe la membrana del mismo. En esta etapa del proceso es muy importante también para conservar la calidad del embrión que se realice bajo control. Debemos esperar el tiempo adecuado para que el embrión esté listo congelándolo de manera específica y con las herramientas adecuadas para no producir daño alguno al embrión.
El programa de congelación está bajo control del embriólogo que comenzará el proceso cuan do sea adecuado. Para empezar la temperatura se reduce poco a poco a -30 grados. Más adelante se continúa bajando la temperatura despacio a -150 grados. Continuamos bajando hasta obtener una temperatura de -180 grados centígrados.
No se requiere de ninguna máquina para su proceso inverso de descongelación y preparación. Para ello se procede a realizar el proceso contrario de manera igualmente gradual cuidando así las características del embrión sin dañarlo. Poco a poco se le acerca a los 37 grados centígrados que se obtienen con ayuda de una incubadora.
Una vez descongelados pueden usarse el mismo día o uno o dos días después siempre y cuando la calidad del embrión al congelarse fuera la más adecuada y dependiendo de la hora de descongelación del mismo. En general esta es la correlación del proceso. Siempre habrá mayor probabilidad de embarazo a mayor calidad del embrión.
El proceso de congelación y descongelación de embriones es muy traumática para ellos. Por este motivo algunos de ellos no sobreviven al proceso o son muy sensibles. En el caso de que la calidad se vea afectada en el proceso de congelación o descongelación, o no haya tenido ninguna supervisión durante el mismo, la transferencia de embriones se cancela.